Los orígenes de la actividad universitaria en Canarias se remontan al año 1701 al establecerse un centro de estudios superiores de los religiosos agustinos en la ciudad de La Laguna. Su posterior evolución histórica está jalonada por una serie de disposiciones y anulaciones que se suceden desde 1744, cuando por Bula Pontificia se transforma dicho centro en la Universidad Eclesiástica de San Agustín, que nunca llegó a ponerse en marcha. En 1792, un Real Decreto de Carlos IV con fecha de 11 de marzo ordena la creación, en la entonces capital de la isla de Tenerife, de la primera Universidad Literaria del archipiélago canario. Con todo, el centro académico atravesó distintas etapas de inestabilidad que provocaron varios cierres y posteriores aperturas, pero no es hasta entrado el siglo XX, en 1927, cuando la institución logra consolidarse de lleno.